“Esta semana tuve el reto de dar un presentación que consideraba muy difícil. Horas antes tenía que llevar a mi niño a festejar su cumpleaños con sus amiguitos. Me concentré en los retos y pensé en mis fortalezas: Amor por el aprendizaje, Honestidad, Valentía, respiré repetidas veces y me enfrenté a la audiencia. El gran cambio fue que lo hice con conciencia, que me detuve a buscar cuál o cuáles de mis fortalezas me podían ayudar. Cuando terminó el día estaba impresionada de lo bien que había expuesto y de que logré cumplir con todo y con todos”.
Mayor bienestar y mayor productividad